El Día de la Cruz en Tulancingo se vivió con gran fervor entre los trabajadores de la construcción, quienes dedicaron las primeras horas del viernes 3 de mayo para visitar las iglesias locales, incluyendo el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles y la Catedral Metropolitana. Acompañados de sus familias o compañeros de trabajo, los albañiles acudieron a recibir la bendición en este día tan significativo para su oficio.

La celebración comenzó con una misa en la Catedral, donde el párroco Juan Bautista recordó la importancia simbólica de la Santa Cruz como signo de salvación. Posteriormente, la afluencia fue mayor en la misa celebrada en el Santuario de Los Angelitos a las nueve de la mañana. En los alrededores de la iglesia, se instalaron puestos de venta de cruces, mayormente elaboradas en madera y ofrecidas a precios accesibles.

Cerca de 300 personas, en su mayoría albañiles, participaron en la ceremonia religiosa. Muchos de ellos llevaban consigo al menos una cruz, algunos incluso portaban varias, adornadas con flores y papeles de colores. Humberto Ordoñez, un maestro albañil con 35 años de experiencia, compartió su experiencia al respecto. Aunque es originario de Puebla, actualmente trabaja en Tulancingo y fue su responsabilidad llevar una cruz al templo para ser bendecida, la cual colocará en su lugar de trabajo como símbolo de protección y bendición.

Para los trabajadores de la construcción, el Día de la Cruz representa una ocasión especial para renovar su fe y encomendar su labor a la protección divina. A través de este acto de devoción, encuentran fortaleza y esperanza en su trabajo diario, confiando en que la Cruz les acompañará como un símbolo de fe y protección en sus jornadas laborales.