Han pasado 13 años desde que la voz de Amy Winehouse se apagara para siempre el 23 de julio de 2011. A pesar de su corta trayectoria musical, su legado es imborrable, con una voz que ha dejado una huella profunda en los géneros del jazz, soul y rhythm and blues. Winehouse es recordada junto a las grandes divas de la música como Aretha Franklin, Donna Summer y Etta James.

El pasado mes de mayo se estrenó un 'biopic' dirigido por Sam Taylor-Johnson, que nuevamente ha demostrado que la voz e historia de Amy siguen vigentes en el corazón de sus seguidores. Esta película ha servido para recordar y celebrar la vida y carrera de una de las artistas más talentosas y complejas de los últimos tiempos.

Amy Winehouse era conocida no solo por su increíble talento vocal, sino también por su imagen icónica y su estilo inconfundible. Con su cabello negro adornado con un moño desaliñado, tatuajes, maquillaje de ojos de gata y vestidos ajustados, Amy se convirtió en una figura reconocible al instante y protagonista de numerosas portadas de revistas, muchas veces por razones más allá de su música.

La historia de Amy comenzó en Camden Town, Londres, una ciudad que fue testigo del nacimiento de una estrella. Proveniente de una familia de músicos de jazz profesionales, la música siempre estuvo presente en su vida. A los 12 años, ingresó en la escuela de teatro de Sylvia Young, aunque fue expulsada cuatro años después por hacerse un piercing en la nariz, un acto que reflejaba la rebeldía que se convertiría en su sello distintivo.

Su carrera musical despegó con el lanzamiento de su álbum debut "Frank" en 2003, seguido por el aclamado "Back to Black" en 2006, que incluía éxitos como "Rehab" y "You Know I'm No Good". Su capacidad para transmitir emoción y su estilo único la catapultaron a la fama, pero también la llevaron a una vida de excesos y problemas personales que terminaron trágicamente a los 27 años.

A lo largo de su vida, Amy Winehouse luchó contra sus demonios internos, pero su música y su voz siguen resonando en el tiempo. Su legado es un recordatorio de su genialidad y de la pérdida de un talento inigualable. Los homenajes y recuerdos que siguen surgiendo cada año son prueba de que Amy Winehouse, a pesar de su ausencia, sigue viva en la memoria colectiva de todos los que fueron tocados por su música.

Con información de Cadena 100